El pasado 5 de diciembre, la programación del 35to. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano anunció la proyección de Diago: A Maroon Artist en una sala oscura de La Habana. La sinopsis del audiovisual de 27 minutos, realizado por Juanamaría Cordones-Cook, presentó a Juan Roberto Diago (La Habana, 1971) como «un artista multimedial que ha comprendido las posibilidades creativas del reciclaje y el bricolaje, y crea sus imágenes yuxtaponiendo grafitis con intenciones contestatarias en lo racial».
Textos
Roberto Diago: The Art of Growing Skin
En la gran pintura, Sin título, de la serie, Heridas 2015, Roberto Diago ha cubierto el lienzo con una gruesa capa de pintura negra. La planitud resultante del plano de la imagen solo se rompe por dos aperturas verticales en forma de barras largas, en las secciones superior izquierda y centro derecha de la pintura. Los cortes parecen heridas abiertas de intenso rojo y blanco, como sugiere el título de la serie.
Sobre mis pasos
El rostro, la herida y la cicatriz son signos omnipresentes en la obra de Diago. Símbolos de la identidad, del desarraigo y del sufrimiento, éstos llevan también consigo la promesa de una regeneración y Diago los declina bajo todo tipo de formas, ya sean textuales, figurativas o concretas. Su obra es también polimórfica por la infinita variedad de materiales que la componen.
El poder de tu alma
Bifurcar los senderos y tratar de encontrar otros caminos no es lo habitual en cualquier artista que haya sentido el éxtasis provocado por la fama y el reconocimiento. Sin embargo, la muestra que acaba de concluir de Roberto Diago en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam niega cualquier análisis preestablecido. El resultado de esta propuesta es el índice de la madurez de un creador que no ha tratado de detener sus niveles de exploración. Su motivación no es teleológica porque para él las convicciones no ocurren como un hecho per se.
Roberto Diago: en su justo lugar
Todo tiene su historia, sus antecedentes, su árbol genealógico. No hay rama sin la existencia de un tronco que la sostenga, que la sustente, que la haga crecer. Sobre todo cuando se trata de un tronco con fuertes y largas raíces. Juan Roberto Diago Durruthy (La Habana, 1971) proviene de una vieja familia de artistas e intelectuales negros cubanos cuyas referencias se extienden hacia atrás en el tiempo y se hallan muy bien documentadas.